22 septiembre 2005

¡Arriba!


Es cierto que en algún momento mi amigo Mikel me tuvo que animar un poco para no mandar todo al carajo, pero hubo otros momentos en los que la autoestima subía y subía. Ocurrió sobre todo a la hora de realizar la zapata de hormigón (unos 50x50 cm) y siguió en la construcción del muro.
El hormigón lo preparamos allí mismo con una hormigonera que compré por 180€ en el Brico Depôt de Logroño (una buena inversión). Le añadimos hierro de 40x40 y en un día sin parar la hormigonera ya estaba listo. Ese día se unió al grupo mi suegro Jaime y su amigo y casi de la familia Jose Mari. Era un viernes, con lo que dejamos fraguando el hormigón todo el fin de semana.
La semana siguiente comenzamos a levantar el muro de bloques de Termoarcilla de 29cm de ancho. La ejecución es bastante sencilla, porque solo hay que añadir mortero horizontalmente ya que verticalmente van machihembrados. Además cuidando de hacer una cámara de aire en el interior, los muros de Termoarcilla tienen un buen comportamiento aislante.
Los huecos que abrimos para puertas y ventanas eran generosos ya que el resto del pajar no tiene ninguna ventana. Los cabezales de madera de roble me los pasó Txernan de carpintería Zuyomar: los de la ventana grande de abajo y la puerta pesaban unos 200 Kg. Estos maderos los subimos a huevo, y el de la ventana de arriba, que pesaba 300 Kg con una excavadora.

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